jueves, 30 de junio de 2016

Del Zoon Politikón a la degeneración del concepto.

Del Zoon Politikón a la degeneración del concepto.
Nunca entendí muy bien esa extraña idea de la pureza racial o ideológica, debe ser porque tal vez tengo claro que la razón y la verdad son independientes de la idea o el color y tal vez no exista más pureza que la honradez del pensamiento individual. Más que nada porque me aterra la idea de posturearme por simple tendencia de moda al uso, especialmente cuando dicha moda es una rémora maquillada, un anacronismo fallido o una impostura que no persigue otro objetivo que el de mantenerse en un bucle de retroalimentación negativa.
Sin embargo parece (y lo demuestra la obstinada historia) que quienes tienden a ampararse en su pureza racial o ideológica, suelen hacerlo siempre desde la carencia absoluta del argumento, argumento que sustituyen por una extraña amalgama de consignas rebañeras que anulan con éxito demostrado la capacidad que deberíamos tener de pensar por nuestra cuenta. Supongo que en el fondo el populismo trasladado a cualquier ámbito es la receta de éxito del perfil mesiánico en sus diversas manifestaciones. Y que el enemigo común a todos los nuevos profetas es justo esa capacidad que anula las consignas y dogmas encaminados a enfervorizar a las masas, anulando su capacidad crítica. Está más que demostrado que es más sencillo anular en masa que individualmente, y a ese primer mandamiento de anulación es al que se aferran con mayor éxito aquellos vendedores de humo y fabricantes de miseria.
No importa el bagaje académico o la intelectualidad del individuo ya que sometidas estas al poder de la masa, quedan anuladas ante el brillo de los conceptos, que en una extraña metamorfosis alcanzan la condición de embrujo que anula todo lo demás y nos arrastra a comulgar con ruedas de molino, saboreando con un artificial éxtasis lo que no es más que una dura piedra que tales mesías pretenden colocar sobre nuestras espaldas para aliviar el peso de las suyas. El hombre es zoon politikón, pero obviamente el concepto ha degenerado demasiado desde la afirmación aristotélica.

lunes, 20 de junio de 2016

TEORIA DE UN FRACASO.


Entré en mi tugurio favorito, como cada noche. Las mismas caras aburridas sobre posa-vasos de conversaciones con sabor a lo de siempre, copas llenas de personas vacías flotando sobre el hielo de una de tantas noches de invierno. En la calle asfalto escarchado de silencio y sombras huidizas con los bolsillos llenos por sus manos rotas. Encendí mi décimo cigarrillo a sabiendas de que estaba prohibido, tal vez era mi única manera de desafiar con papel de fumar y tabaco barato todos los decretos de ley destinados a encarcelarme con promesas de libertad.
¡Pepe, pónme un cubata!
Me incliné sobre mi copa, mientras dejaba que los minutos se disolvieran a mi alrededor, no buscaba nada, hace tiempo que sé que no queda nada por encontrar, que no existen las promesas, si no la decisión, y yo estaba decidido:
Decidido a tomar mi copa, a cambiar mi microcosmos, decidido a tomar una decisión, a buscar una decisión que tomar. De repente comprendí que ni esa opción tenía, saque mi pistola, la apoye sobre mi cabeza y sonó un disparo, mi copa se tiño de rojo por la herida superficial sobre mi sien derecha.

¡Mierda, ni para pegarme un tiro valgo! 

martes, 7 de junio de 2016

NO PODEMOS

Voy a presentarme a las elecciones de mi pueblo – aunque no sea mi pueblo –.  Me presento con una bandera color sangre, la sangre inocente que siempre derramamos, me presento con dos herramientas de trabajo cruzadas, el trabajo que os costará intentar expulsarme cuando consiga todo el poder. Cambiare los nombres de vuestras calles, las fotos de vuestros antepasados y todas sus costumbres para quitaros la identidad. Me llevaré vuestro pan al pueblo de al lado, y cuando protestéis la culpa será vuestra o de la oposición y también os llevaré donde no se escuche más la voz. Lo tengo todo bien planeado, incluso la demolición de vuestros viejos paisajes mientras os expulso de vuestro hogar para darlo a aquellos que solo ponen piedras en el camino.
Voy a presentarme a las elecciones de mi pueblo y me vitoreareis mientras quemo las siembras y siembro de sal los campos que os dan el sustento. Y cuando no tengáis nada y yo tenga lo poco que teníais, entonces no tendré que presentarme más, vuestra sumisión se encargará de mantenerme y vuestro miedo de obedecer.